Rusia justifica la pena de muerte a tres brigadistas extranjeros: «No son prisioneros de guerra, son mercenarios»

El ministro de Exteriores ruso, Seguéi Lavrov, respondió este viernes a la ola de indignación internacional por la condena a muerte impuesta por un supuesto tribunal de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR) contra tres brigadistas extranjeros, los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner, y el marroquí Brahim Saadoun. Lavrov ha llamado a «no interferir» en la decisión de un órgano judicial que Kiev considera sometido por completo a la cúpula separatista de Donetsk, un ente territorial que, salvo Rusia, no ha reconocido prácticamente nadie en el resto del mundo.

El canciller ruso manifestó a la prensa que «por el momento, todos los procesos se basan en la legislación de la DNR, ya que los delitos en cuestión se cometieron en ese territorio.

Todo lo demás es tema de especulación». A los tres brigadistas se les acusó de cometer «crímenes» contra la población civil de Donetsk y el jueves fueron condenados a la pena capital, la cual podrán recurrir en el plazo máximo de un mes.

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, por su parte, aseguró a través de un comunicado que «contrariamente a las declaraciones de los funcionarios británicos, los ciudadanos mencionados no son prisioneros de guerra, sino mercenarios. Los mercenarios enviados por Occidente para ayudar al régimen nacionalista de Kiev no son combatientes según el derecho internacional humanitario y no tienen derecho al estatus de prisionero de guerra».

Según sus palabras, los reos fueron «acusados de participar en las hostilidades del lado de Ucrania como mercenarios y condenados a muerte por una combinación de delitos». Zajárova señaló también que «por nuestra parte, informamos repetidamente a la Embajada británica en Moscú que todas las cuestiones sobre los británicos capturados deben dirigirse a las autoridades» de Donetsk y Lugansk. «Por lo que sabemos, Londres no abordó ninguna iniciativa al respecto, incluso a pesar de las solicitudes de los familiares de los mercenarios a las autoridades británicas», agregó la portavoz diplomática rusa.

Protesta de Londres

Pinner, Aslin y Saadoun se entregaron por separado en Mariúpol a mediados de abril a las fuerzas rebeldes de Donetsk y el jueves fueron condenados a muerte. Ese mismo día, las autoridades británicas expresaron su repulsa por la decisión judicial. «Por supuesto, estamos profundamente preocupados por esto. Constantemente decimos que los prisioneros de guerra no deben ser utilizados con fines políticos», dijo el representante oficial del primer ministro británico, Boris Johnson. «Según la Convención de Ginebra, los prisioneros de guerra tienen derecho a la inmunidad, no deben ser juzgados por participar en acciones de combate», señalaba el comunicado.

El propio Johnson afirmó este jueves estar «consternado», según Downing Street. «Está claro que servían en las fuerzas armadas ucranianas y son prisioneros de guerra», repitió el portavoz. La ministra británica de Exteriores, Liz Truss, calificó en la víspera el veredicto de «simulacro de juicio sin legitimidad». Este jueves telefoneó a su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, para estudiar los pasos a emprender en adelante.

También la ONU ha reaccionado a las condenas a pena de muerte de los brigadistas.

La portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, con sede en Ginebra, declaró este jueves que «desde 2015, hemos observado que el llamado sistema judicial de estas repúblicas autoproclamadas (Donetsk y Lugansk) no cumple las garantías esenciales de un proceso justo». Según su punto de vista, «estos juicios contra prisioneros de guerra constituyen un crimen de guerra» más. Se da la circunstancia de que los tres brigadistas sentenciados a muerte se alistaron en el Ejército ucraniano antes del comienzo de la invasión rusa.

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Fuente: ABC